jueves, 8 de marzo de 2012

De risa, de ego y orgullo.



A veces quise creerme precisa, pero me doy cuenta de que siempre fuí un eslabón de distinto color en esta colorida cadena de vivencias que te pertenece, quisiera sentirte lo suficiente para que ésto me diera tristeza, pero me he vuelto tan cínica  y ha pasado tanto que  me da risa. Me da risa  el recuerdo de mi yo sitiéndose tan especial y tan desdichado.
Ando vagando entre la decepción, la desilusión, pero vamos, otra vez soy yo, porque siempre se ha tratado de mí, de mi ego tan idiota y mi orgullo tan justificado y poco creíble.
Y me sigo riendo, de mi superioridad tan falsa y mi carente humildad, me sigo riendo de las ganas que me dan largarme de éste vicio de una buena vez, me rió de los años que parecen no haber pasado y como las palabras que me dijiste me las creí, como los momentos los creí eternos y como la eternidad ha resultado una simple época. Me da risa la poca capacidad que tengo para pensar en los demás, mi egoísmo vaya, que no vea más allá y me lleve de lado a quienes me quieren con todo y accesorios, a éste perfecto presente con todo y su pretérico imperfecto.
Voy a comprar unos nuevos lentes contra mi astigmatismo porque veo bastantes borrosos los arcoíris y aún me queda por ver las estrellas, una luna y dos hemisferios que conforman esta burbuja llamada mundo y en él, hay un lugar para reírme de mi misma.

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