miércoles, 4 de diciembre de 2013

puntillismo

Te dan ganas de pedir perdón, o perdonárte a ti misma. Sientes ésa necesidad de aceptar tus equivocaciones; quieres decirlo de manera bonita, educada, como te han enseñado, como se supone es correcto.
Pero a fin de cuentas todo se reduce a que la cagaste, llevas años equivocándote, todo ha sido una procesión; un desfile de errores variopintos, unos hasta contentos de llegar a tu vida y enseñarte, otros son más sinverguenzas y no te enseñaron nada, tú no has aprendido nada porque para empezar ni has querido. 
Abres los ojos que ya estaban abiertos y te das cuenta de que el último error es un punto dentro de ésta obra impresionista llamada vida, conformada de un grupo de puntos-errores.
¿Arreglarlos?, ya no habría excusas para las excusas; ¿dónde voy a sustentar mi depresión, mi flojera?
Mis ganas de culpar a alguien mas, mis ganas de llorar, de llorarte...

domingo, 3 de noviembre de 2013

Crónica de fe

No se ha dado cuenta. Ha pasado como todos los días directo a su trabajo, mirando al suelo, mirándose dentro; preocupado más que otra cosa. No se ha dado cuenta que lo veía yo desde mi banca, con mis amigos; esos dadores de risas. Pasó de largo, encerrado en su mundo, quizá preguntándose si le falta herramienta o le sobra trabajo, a lo mejor iba inventariando rápidamente por sí olvidó algo en casa, a lo mejor le faltó o le sobró una despedida. No se percató que lo espiaba, discretamente, como de reojo, accidentadamente. Si hubiese volteado, si hubiese levantado la mirada, habría visto mi cara, descubierto mi truco y habría sonreído cortésmente, como todos los días; pero no, en vez de eso, me regalo un gesto sencillo pero lleno de fe, me regaló un instante eterno y sublime, como cuando escuchas una canción que te recuerda a alguien que se ha ido, un instante de esos que ofuscan, que arraigan. Me dejó ver su ritual, sencillo, su asidero diario, su honestidad, lo buena gente que lleva dentro. Lo vi tocárse la frente, bajar la mano al corazón, extenderla a los hombros y besar la cruz que su mano formaba. Me regaló un pedacito de fe y èl, ni se ha dado cuenta. 

sábado, 17 de agosto de 2013

viernes, 16 de agosto de 2013

A veces, un pequeño detalle, cualquier cosita, un arcoiris en el cielo nublado; una canción, algo pequeñito y poco perceptible para los demás te lleva a una serie de recuerdos donde lo único que te da es tristeza que se prolonga días y días.

sábado, 27 de julio de 2013

Cuestiones de cambio

Ella ha cambiado, no madurado ni eso, simplemente tomó otra dirección en algún momento, quizá tampoco supo cuando, no es su culpa ni la tuya, simplemente cambió; ya no es la misma chica que conociste aquella tarde lluviosa o aquella mañana soleada viendo antigüedades; quizá tú si seas el mismo. Ahora te toca a tí que el tiempo y esto que está sucediendo pase y cambies, ya lo has hecho, pero no lo suficiente para comprender que la persona que amas, ya no está ahí.
Acepta este momento, vívelo, estás sufriendo porque es el costo de querer, quisiste y quieres mucho, siente este momento, siéntelo completo; es ahora cuando todos tus amigos vamos a escucharte y acompañarte, cuando te dejaremos derrumbarte todo lo posible y puedes ser un amargado y quejoso el tiempo que necesites para que cuando ya sea hora, puedas dejar esto atrás y un día mires a otro lado y descubras que el amor es estúpido y masoquista pero increíble y hermoso y quizá, cuando ya tu hayas cambiado lo suficiente, puedas sentir otra clase de amor, tan distinta y quizá mejor que esta.




viernes, 28 de junio de 2013

Desmenuzas, pequeñas partes de un todo, un todo reducido a sus partes; un yo conjugado en distintos verbos, verbos contrapuestos al tiempo. Y todavía desmenuzas más, usas alegorías, comparaciones, pros ridículos y contras infundados, las excusas de somerset para decirle a tu cerebro que  a fin de cuentas  su trabajo ha resultado inútil, porque ya hace rato que sabes las respuestas, pero todos jugamos a ser cínicos.

lunes, 15 de abril de 2013

Luz y sombra

Mátices de gris entre el blanco y el negro. 
Lo bueno tiene algo de malo, lo malo no existiría
sin lo bueno: el ying y el yang, el complemento. 
No somos más que eso, seres opacos con momentos destellantes, 
con oscuridades densas como la negrura de la noche en la llanura. 
Vacíos, estériles, apagados, estrellas consumiéndose, 
acabándonos, alimentándonos de otros, de nosotros 
de los mismos, de los de entonces. 

martes, 5 de marzo de 2013

Entendiendo

No entendía, ¿cómo se quiere lo que no se quiere?
Ahora intuyo, como tú, como yo con nuestras soledades conjugadas,
porque estás sólo lo sé, porque te siento aún conmoviéndome,
porque todo ha dado vuelta y termino de nuevo aquí,
en tu casa y mi casa.
No entendía cómo se amaba tanto, ahora comprendo, hay clases de amor,
unos buenos, otros malos, otros baratos y unos que llegan gratis y gratis se van.
Sigo pensando que el tuyo era el bueno, como el "gordo" de la lotería, ¿qué más dejaría
tanta tristeza que haber ganado y perdido el primer premio?
No entendía, ahora si, como se quiere y no se quiere, se quiere por pertenencia, no de otro,
sino de uno mismo, se quiere por soledad y no de la amable, sino de la soledad que arrastra y devasta.
No se quiere porque no se puede, porque no reemplazas, ni avanzas (ése es un cuento barato, que nadie ha podido venderme) no se quiere porque ya hay humo y tonterías, porque no hay ilusión total; las dudas están ahí, sentadas a tu lado, fumándose un cigarro y cruzando las piernas sentadas en el sofá, mientras tu juegas a que no las ves.
No se quiere porque ya se quiere y pues, te aguantas.