trabalenguas de inconclusos y pensamientos

Es un inconcluso también,

no importa que ofrezca o si lo cumplirá;

es un ausente

jamás estará en verdad.

Cansada de inconclusos, de ausentes;

de mi propia ausencia y poco constante vida.

Tienen razón, no estoy hecha para esto, ni para nada ya

.... la sensatez se me pierde entre los dedos,

los sentimientos...

viven en una catarsis lejana que nunca llegó...

Los inconclusos de Eliza persiguen hasta el ayer.

Me gustaría llamarme Eliza y con z

Eliza, suena más a mi, a pertenencia...

talvez suena a la que no soy, o a lo que tengo

suena a grito

suena a paz, a vida, a poesía, a elegir....

y yo eligo Eliza,

me llena más, me agobia menos.

Es como plantarse frente a un espejo,

un espejo de nombres y ver Eliza

a Eliza con largas filas de espera.

Eliza tiene música,

tiene aire tiene más vida,

tiene más de mí

me gustaría llamarme Eliza y con z.

¿Y qué si no?

No me queda más que aceptar,
ésta mañana me lo dije mietras veía a aquel extraño
que ya no me pertenecía,
aceptar las desgracias, las desilusiones
los errores,
aceptar el rayito de sol que se cuela por las ventanas
aceptar que me vestí para él y aceptar que no llegó,
que ésos ojos y ésa sonrisa me den miedo tanto como me gustan y las diferencias me caigan encima,
tengo que aceptar que el tiempo pasa y ya no vale andar regalando la vida,
ni ilusiones ni pedacitos de noche ni de nada,
aceptar que no se ama por siempre y que las ilusiones van y vienen también.
Tengo que aceptar que no se vive de abstracciones pero si de cualquier cosa.