miércoles, 1 de agosto de 2012

Sanación


Cerremos los ojos y dejémonos caer en la tarea de sanar las dudas que la certidumbre nos ha ido dejando con el tiempo;
cuando nadábamos en ésos abismos de la confianza que ahora se han vuelto tan fantasmales; cuando quererte y odiarte eran dos cosas distintas; acabémonos éste amor de una vez besándonos, sintiéndonos, abrazando los amaneceres de cada desvelo que nos hemos regalado, anúdemoslos al alma como nuestras manos, como los dedos suaves y tibios que entrelazamos y ahora dejamos de hacerlo. No me concluyas, compleméntame porque ya no me haces falta y perdóname, perdóname las promesas que ya perdieron vigencia por tanto amarte y por tanto abandonarte sin haberme ido. 
Bébamonos el aliento, tú aliento atrapado en nosotros y ahora abre los ojos para ver éste amor que entre nuestros brazos se va y que renace y se vuelve cenizas y jamás se extingue.
Sana mi amor, sáname a mí; cúremonos juntos

viernes, 27 de julio de 2012

retazo

Tu mirada se vuelve opaca y murmuras tu consabida disculpa; la mía se torna ausente y es entonces que nuestra soledad se anuda y se consagra a vivir unida; tú en tu soledad, yo en la mía.

sábado, 21 de julio de 2012

He aquí que tú estás sola y yo estoy solo

He aquí que tú estás sola y que estoy solo...

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

J.S.

jueves, 12 de julio de 2012

Lenguaje

Por mi boca habla Sabines, Becker, Borges, Bronte, Benedetti, Austen, Gacía Márquez y tantos otros, así como hablan las calles en las que crecí, las personas con las que hable, los bares en los que me perdí y los
lugares en los que me encontré. Mi lenguaje es la suma de todo lo que viví, lo que leí, lo que escuché y lo que ví; lo que soy. A mi hijo le canto la misma canción con que me arrullo mi abuelo, rezo con las mismas palabras con las que reza mi madre  y maldigo igual que mis amigos.
Soy mi lenguaje. 

Así somos

Tan necesitados, tan desamparados. 
En ocasiones he mirado ésa cara de perro apaleado en rostros ajenos,
otras en mi propio rostro; ésos ojos de animal herido,
de necesitar, de necesitar que le laman las heridas.
Luego ésa sensación tan momentánea, tan efímera y a la vez tan eterna;
sentir la calidez de otra piel bajo la mano
¿Y después?
Ése vacío ajeno aunado al nuestro en las palmas y en el corazón:
nos volvemos tan genéricos, tan iguales; con el alma ligada al cuerpo, menos cálidos,
más prudentes.
Entonces sucede de nuevo; nos sentimos llenos cuando nos acompaña la misma levedad,
para terminar reducidos otra vez, vaciados, dejamos de ser ésas aves  libres de alas tan largas
para ser ésos terrenales cimentados tan cotidianos, tan enraizados a las ortigas y al descontento. 


domingo, 17 de junio de 2012

Salir con una mujer como la que yo soy y las que conozco

Salir con otro ser humano, hombre o mujer; lea o no, es un acto de consumada fe, un esfuerzo en creer ya no en los cuentos de pequeños si no en que se es lo suficientemente valiente para sortear dragones, acabar con brujas y deshacer hechizos.
Salir con una mujer que lee, como yo, desde los siete años empezando por las pequeñas etiquetas del shampoo, hasta las novelas que una y otra vez te han dicho que no leas porque no van acorde a tu edad, ésas que incluso están en los estantes de hasta arriba y a los que se accede con un banquito o una escalerita nerviosa que tiembla bajo el peso de un infante impaciente y curioso, es más que un acto de valentía y de fe, es un acto de coraje y esperanza. Para mí incluso, salir con alguien, cualquiera, es un acto de todas esas características que aparentemente describen un príncipe azul de cuento de hadas. Nada mas lejano a la realidad, a mi, me gustan los villanos un poco  más.
Es un acto de fe, porque salir con una chica como las que conozco, que pasan horas leyendo es equiparable a salir con un historia andante, puede que el inicio sea breve y pase inmediatamente a un clímax  intenso y lleno de pasión, son impacientes.Y así como el salto del inicio al clímax  fue intempestuoso, intempestuoso puede ser el final. Y no todas somos fans de los finales felices, existimos algunas a las que nos gustan lo finales lentos, dónde incluso sin darnos cuenta escuchamos un soundtrack tranquilito de algún autor como Gustavo Santaolalla; porque no podemos evitar narrar nuestra historia mientras la vamos viviendo y no basta con un sólo sentido, tenemos que usarlos todos;  ése adiós queremos olerlo, saborearlo, escucharlo y verlo, aunque sea  a través de una fina capa de lagrimas.
Pero nos gustan todas las historias, sin discriminar; existen ésas historias largas de amores inacabados que nos llenan de esperanza y hacen que el corazón se haga mas grande; nos gusta la incertidumbre de los finales.
Salir con una mujer como las que yo conozco, que disertan de gramática y de lenguaje; es un reto a la paciencia, ellas no se dan cuenta del corte de moda ni del color de la suela del zapato que llevan, puede que a la hora de ver el precio se percaten de ésos detalles, pero generalmente, viven atormentadas por su cabeza y las mil elucubraciones que ahí se forman, de ahí que se nos tache de despistadas; vivimos con el desasosiego en la agenda de no poder expresar lo que sentimos o peor aún, que por quien sentimos no nos entienda, ni siquiera a un nivel sensorial.
Salir conmigo, que leo a desparpajo, requiere más paciencia todavía, porque no me contente con leer solamente, sino que además construí mi vida alrededor de las letras;  repito poemas de Sabines, prosa de Cortázar y el amor de Benedetti como si fueran letanías de rezos a diario, que me desespero por sentir y me muero de miedo sitiéndo. Salir conmigo requiere imaginación para acompañarme en la burbuja que confeccionan mis fantasías, que tocan mis manos, cantan mis labios y que esconden mis ojos.
Salir con una mujer como la que yo soy y las que conozco, parece requerir de mucho pero no; "solo hay que saber volar".

sábado, 16 de junio de 2012





Descubrí que eras mi milagro; esta noche, mientras presenciaba el raro accidente de observar una estrella fugaz perderse en la negrura de la noche.
Descubrí, mirando apagarse esa suerte incandescente en pleno junio,
que mi capacidad de creer no se ha ido tan lejos, sino que ha estado agazapada esperando un evento tan afortunado como toparse con tus pacientes manos y tus indecisos ojos. Esta fe sin sentido, este querer imparcial y falto de sensatez es mi milagro luminoso en esta oscuridad acorazada.