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viernes, 16 de marzo de 2012

Honestidad



Resulta que cuando uno tiene tiempo libre y olvida el manos libres en la casa, tiene tiempo de ponerse a pensar en los fallidos propios y ajenos mientras el autobús llega a casa, y como el camino de regreso a la mía es bastante largo me quedé casi una hora pensando todo ésto; me pregunté porque las personas, sin discriminar género solemos ser tan poco honestos con nosotros mismos.
 Será que pertenecemos a una generación que se anda perdiendo para encontrarse, pero la verdad es que solemos colgar en las parejas expectativas que ni nosotros llenamos en el caso contrario y pasamos el tiempo quejándonos de que no tenemos lo que queremos en la persona a quien queremos pero no la dejamos y cuando existe algún valiente que deja a ésa persona, generalmente es incapaz de avanzar y termina regresando el camino andado a ése hogar que ya pensamos habíamos dejado atrás. ¿Que confianza nos puede dar éso?, si lo dejamos en su momento, es posible que lo dejemos otra vez por una causa ya sea similar o diferente, pero no nos llenó, nos hizo un vacío que la soledad hizo más grande porque se unió al vacío propio  y ahora pensamos, que ésos dos vacíos se pueden llenar nuevamente con la misma persona, que fué la causa de uno, pero no del otro que es el más grande. ¿Porque no podemos ser honestos con nosotros mismos y con los demás?, decir va, te estoy conociéndo cada día más, no me llenas del todo y no voy a ser lo suficientemente miserable como para tenerte a mi lado mientras llega algo mejor o te conozco desde hace tantos años que ya me aburres. Si, suena a ser humano mezquino, pero es más mezquino retener a una persona por nuestro miedo a la soledad.
 Lo más gracioso es que casi todas las personas creemos en la responsabilidad civil y en la responsabilidad moral, pero ¿y la de espiritú?,¿ésa es menos valiosa porque nadie te pone una marquita en tu carnet de identificación?.
Y llego a la parada del autobús dónde bajo, regreso al mundo real y me doy cuenta que tengo una llamada que hacer.

miércoles, 1 de junio de 2011

Memorias

Nos acordamos pronto de que es ser adolescentes, de lo que es reírnos uno con el otro, no del otro; íbamos de pie en ése autobús atiborrado; recordándo las andanzas de hace años, cuando los prejuicios no existían y la conciencia pesaba menos:

-¿Te acuerdas del dibujo qué te regale?
-¿ Ése que pasaste horas haciéndo durante la noche?
- No me acuerdo como era, ¿qué lo hiciste?
- Tampoco me acuerdo

Entonces....¿de qué nos acordamos?
Nos acordamos de los dulces que nos comíamos cerca de la vaya,
de la vez que gritamos como locos subidos desde aquel viejo carro de una llanta,
de la primera vez que bailamos juntos
y la risa que embriagaba aquellos días, cuando éramos unos borrachos de felicidad.

sábado, 13 de junio de 2009

Como se constata una vez más, lo enorme despistada que soy.

Sentada en un bar, con el primer vaso de cerveza aún medio lleno:

yo- Oye Vic, ése tipo de la puerta se me hace conocido

Vic- ¿Muy conocido?

yo- Si, pero no se de donde...

Vic- Es el mesero marce

yo- Ah caray...bueno, con razón.