miércoles, 27 de mayo de 2009

Tú mientras escucho una canción.

Ojalá que lloviera café...y que llovieran también tus besos,
ésos con los que me dotas de felicidad el alma, los días, las deshoras.
Ojalá que sea fácil, que la pasión no nos acabe, ni perpetue el asesinato de nuestra poca independencia.
Ojalá que me veas a mí, no a las demás, que me abraces mientras se hace de noche
y las estrellas entran por la ventana en ésta casa que desconozco, pero que me gusta.

Ojalá que no encadenes la libertad, la dicha, la fatalidad melodramática,
ni desaproveches los buenos momentos bajo la lluvia, bajo el cielo estrellado de una noche sin ventilador, a mi perro perdido ni a los poemas de Sabines, los personajes de Benedetti ni la locura del Quijote.

Y por último ojalá que no perdamos la locura y el delirio.

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